La idea de escribir este libro surgió después de años de estudio del Tarot y la Cábala. Los grandes maestros de la Cábala decían que el Tarot había tomado inspiración de la Cábala y los grandes tarotistas decían, por el contrario, que era la Cábala la que había tomado inspiración del Tarot. También noté que cada autor mapeaba los 22 Arcanos Mayores del Tarot y las 22 letras del Alfabeto Hebreo en los 22 senderos del Árbol de la Vida un poco como quería, y a menudo se afirmaba que el Árbol de la Vida era un fractal, pero nadie lo demostraba en relación al Tarot y al Alfabeto Hebreo. También noté que muchos tarotistas habían creado un vínculo entre el Tarot y las religiones cristiana y judía, pero yo veía correspondencias también con el budismo. En fin, un día surgió en mí el deseo de entender cómo estaban las cosas entre el Tarot, el Juego de Ajedrez, el Árbol de la Vida, el Alfabeto Hebreo y el Budismo, segura de que el Árbol de la Vida era un fractal, así como el Tarot y el Alfabeto Hebreo, y que el Tarot tenía un fuerte vínculo con el Juego de Ajedrez y con todas las antiguas tradiciones de sabiduría. Así que lentamente he dado forma a esta obra.

En la Parte 1 muestro cómo ya desde la etimología de la palabra torre surge un estrecho vínculo de significado entre la Torre, el Tarot, la Torá, el Árbol de la Vida y el Alfabeto Hebreo. También veremos cómo el Tarot y el Juego de Ajedrez están íntimamente relacionados entre sí y encarnan ambos el mito del Viaje del Héroe. Lo mismo ocurre con la antigua Masonería, que nació en la Edad Media, al igual que en la Edad Media nacieron el Tarot, el Juego de Ajedrez y (oficialmente) la Cábala. Por último, veremos en detalle los diferentes nombres asumidos con el tiempo por el Arcano Mayor XVI del Tarot, que sólo en época relativamente reciente ha sido rebautizado como La Torre. Entenderemos, así, que el Tarot siempre ha tenido también una gran importancia histórica y política y que el nombre dado al Arcano Mayor XVI ocultaba mensajes profundos, que vale la pena conocer.

En la Parte 2 analizo todos los símbolos presentes en el ícono La Torre del Tarot de Marsella y, capítulo tras capítulo, mapeo en él todo el Alfabeto Hebreo. Esto se debe a que es cierto que a cada uno de los 22 Arcanos Mayores del Tarot corresponde una de las 22 letras del Alfabeto Hebreo, pero también es cierto que, si el Tarot y el Árbol de la Vida son fractales, a un Arcano Mayor del Tarot también corresponde todo el Alfabeto Hebreo. Para demostrar esto, utilizaré la Torá hebrea y la Biblia católica, la mitología griega, la Alquimia, la Cábala, y el Evangelio de Tomás. Sí, porque a lo largo del texto también me he divertido interpretando los dichos del Evangelio de Tomás, dándoles un significado lejano, si no muy lejano, del que dan los sacerdotes y los biblistas en general, pero que encaja bien con los temas que trato de vez en cuando. He utilizado una gran cantidad de libertad artística para hacerlo, pero al final ha surgido una bella alianza, que muestra cómo el sentido no es intrínseco en las cosas, sino que surge de la relación entre las cosas y de quién ha querido y creado esa relación.

En la Parte 3 muestro cómo los símbolos presentes en el ícono La Torre no solo remiten al cristianismo y al judaísmo, sino también a religiones orientales como el budismo tibetano, narrando siempre la misma historia: la metamorfosis que experimenta el ser humano cuando da un salto de conciencia.

La Parte 4 es tan breve como impactante en su contenido, porque mapeo en La Torre del Tarot de Marsella el Árbol de la Vida completo, mostrando las increíbles correspondencias entre las 10 (+1) Sefirot del Árbol y las partes correspondientes de La Torre del Tarot.

El propósito de esta obra es devolver dignidad y honor al Tarot, enseñar un método de estudio autodidacta del Tarot y difundir los fundamentos de la Cábala, para ver los textos sagrados y la vida con ojos nuevos.